lunes, diciembre 24, 2007

Sin título



El Sueño
Jorge Luis Borges
"Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿Por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
¿Por qué es tan triste madrugar?
La hora nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora
de sueños,
que bien pueden ser reflejos truncos
de los tesoros de la sombra,
de una orbe intemporal que no se nombra
y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro sueño,
del otro lado de su muro?"
_____ ___ _




lunes, noviembre 12, 2007

Detrás de tí



Dicen que el Hidebehind es una especie de espectro, una sombra que todos llevamos detrás de las espaldas y que nunca podremos ver por la rapidez de sus movimientos. Eso cuenta la leyenda.
Jorge Luis Borges en uno de sus libros nos lo cuenta así:

...”La mitología de los campamentos de Wiscosin y de Minesota , incluye
singulares criaturas...
...Entre ellas el Hidebehind, siempre está detrás de algo. Por más vueltas que
diera un hombre, siempre lo tenía detrás, por eso nadie lo ha visto, aunque
ha matado y devorado a muchos leńadores...”

Todo esto viene a colación por la última película que acabo de ver, Hierro 3, y de la que más abajo dejo el trailer.









Decir que me sorprendió su argumento.
Y que, si bien al principio me estaba costando meterme en la historia por parecerme disparatada, al cabo de un tiempo logró engancharme por su belleza visual.
Cuando todo termina, es cuando irremediablemente afloran las reflexiones más inmediatas.
El hombre más poderoso del mundo es el que está más sólo.
Eso lo pensé una vez, hace casi 30 años, y hoy no se por qué lo recordé.

Plancho, luego existo..




Hoy no sonó el despertador, aunque claro,...tampoco hacía falta. No era el momento.
Sin embargo a eso de las ocho y cuarto de la mañana, mi reloj interno y su terca naturaleza de huésped 'non grato', se introdujeron sin piedad entre la telaraña de los sueños y el potente chorro de luz amarillento que atravesaba la ventana.
Tranquilízate, es domingo, ¿es que no lo oyes?
Claro, en eso se sustenta la actividad diaria, o la vida misma, en el ruído,...¿será?

(silencio...)

Entonces permaneceré recostada un poco más (me dije), con la mirada aún espesa, ilegible, lenta en ese deambular impreciso entre ese bosque inanimado de sombras deformadas que bostezaban sobre la pared, tratando de...
¿organizar ideas?,
¿pensamientos?,
de analizar... ¿sucesos ocurridos?, ¿por ocurrir?,
o simplemente... abandonarme en esos instantes banales pero placenteros que preceden al,
¿pienso, luego existo?

Mmmm...

Pronto llegó el primer estiramiento, el crujir de las articulaciones, el revuelo de las sábanas, la ventana abierta de par en par junto a la simultanea bofetada de aire frío.
Y allí, la ciudad desconocida. (es domingo)

Después llegará el humeante café, las tostadas, las tempranas caladas del mejor de los cigarrillos del día, y cómo no...un viaje alucinante por unas cuantas páginas de prensa.
Es decir, un flash black terrorífico de noticias de todos los colores capaces de,...o bien darte ganas de llorar (las más veces), de reír (las menos), o de...las algunas raras veces, pincharte con una aguja para cerciorarte de que aún estás ahí, estás viva y eres capaz de sentir. (¿se entiende?)

Bien, pues para no ser cansina ya termino, pero no sin antes incluir (que esa es la razón de ser de este PosT) una reflexión un tanto,...digamos, original, o graciosa (aunque sin mucha gracia, pienso) escrita por Ana María Gallardo Beltrán a modo de carta en el diario El País.

A mí me gustó.
No se qué opinarán ellas.
Ellos, pues me lo imagino.


"Planchar es una actividad intelectual poco reconocida socialmente. Planchar debería estar recomendado por todas las autoridades, y de forma muy especial por las autoridades educativas. Plancho, y pienso. Planchar favorece el autoconocimiento, la reflexión sobre la actualidad, la toma de decisiones para las que la prisa diaria nos resta concentración... Pienso y sigo planchando.

Plancho y pienso en los datos que una mañana silenciosa de domingo he releído por tercera vez desde que aparecieron en su diario el viernes anterior: el 43% de los escolares de Secundaria repite curso; en mi comunidad, el 48,5%, y no precisamente por la bonanza económica, como dice el reportaje que ocurre en Baleares.

Plancho... y pienso en si yo fuese arquitecto y se me viniesen abajo la mitad de los edificios que proyecto; o en si fuese peluquera y a mi clientela no se le mantuviera el peinado ni el día que acude a la peluquería; o en si trabajara como médica, y no solucionara los problemas más elementales de mis pacientes... Plancho y sigo pensando, y la carga de la culpa amenaza con convertir en una urgencia médica la contractura muscular que me acompaña desde que empezó el curso (no piensen mal, no estoy de baja...).

Pienso, luego plancho, en los 131 alumnos y alumnas de Secundaria a los que intento enseñar algo: les aseguro que me esfuerzo. Pienso en los ¡32! que tengo en un grupo de 2º, en el que además algunos son de Integración; en que cambio de aula, de grupo, de edades y de materia cada 55 minutos, y en lo que me encuentro a veces, cuando me he desplazado para ello desde la otra punta del centro... Pienso en que, salvo excepciones, conozco sus nombres, sus caras, su nivel académico, su caligrafía, su ortografía, su sintaxis...

Pienso en que muchas veces al trimestre les devuelvo, porque los leo, trabajos con sus pertinentes correcciones y recomendaciones (y en este punto hago el cálculo aproximado, multiplicando por 131). Aún no he dejado de planchar, así que pienso en las tardes, y en los fines de semana, y en los días de vacaciones que dedico a procurar hacer todo lo que se supone que me lleva a hacer medianamente bien mi trabajo. Pienso en tantos compañeros y compañeras que trabajan como yo, más que yo... y que seguramente también estarán pensando en estos datos. Seguro que desean, como yo, que se nos estudie con la misma intensidad con que lo ha hecho el informe PISA a nuestro alumnado, porque los que todavía no estamos enfermos nos vamos a poner, y entonces sí que los porcentajes no tendrán remedio.

Estoy terminando de planchar y pienso que será conveniente que los próximos resultados del Informe PISA me pillen planchando."

miércoles, octubre 10, 2007

Trailer







Tal vez lo que voy a contar, antes de hacer un breve comentario sobre la película, carezca de importancia, incluso he llegado a pensar que si volviera sobre mis propios pasos, ocurriría de nuevo.
Me explico.
En determinadas circunstancias, y ultimamente se repiten mucho esas 'circunstancias, me gusta circular por carreteras vacías, sí, esas que la mayoría de la gente detesta por resultar incómodas o peligrosas por su estrechez o mala conservación.
Pero a mí me gustan, y no sólo por esa aparente tranquilidad, sino por las magníficas vistas que las rodean, en este caso concreto, campos y campos extensísimos de tierra fértil con una diversidad de colores espectacular. Me cautivan de tal manera esas visiones lejanas a las urbes, donde los contrastes parecen detonar en uno mismo una dura capa casi extinguida del entendimiento, que no pocas veces me detengo a contemplar en mitad de la carretera y con el motor a ralentí (con las debidas precauciones, claro está), todas aquellas cosas que llaman poderosamente mi atención.
Cuando volvía de Urueña, un pequeñito pueblo medieval convertido ahora en "Villa del libro", y cuyas fotos seguramente mostraré en un nuevo post... (vaya un pequeño adelanto)




...recuerdo muy intensamente el vuelo frenético y serpenteante de unas cuantas bandadas de pájaros cruzando la carretera.
Yo circulaba muy despacio. Tenía la sensación de que en cualquier momento esos pequeños pero enajenados bicharracos se estamparían contra el parabrisas de mi coche.
A mi derecha, al borde justo de la carretera, a unos treinta metros, un astuto cuervo se adueñó de toda mi concentración. Tan quieto, altivo, soberbio, siniestro...pero tan quieto, que tan pronto como pude volví a mirar al frente sacudiendo mi cabeza como queriendo salir del trance. Sin embargo, pocos metros más adelante, me doy cuenta de que estoy a punto de darme de bruces con un pájaro plantado en mitad de la carretera (sí, suena exagerado por la diferencia de tamaño, lo se, pero así fue mi sensación)
Lo espantará el ruído del motor, pensé yo, ingenuamente..., pero lejos de intimidarle, fui yo la sorprendida y tuve que dar un volantazo para evitar el atropello.
Me alegré de comprobar que mis reflejos continuaban intactos, pero sobre todo me quedé un buen rato estupefacta.
¿Pájaros suicidas? No, no lo creo.
Recordé entonces, no se muy bien a través de qué mecanismo mental, la película que había visto el día anterior: "El Método"

...de la cual hablaré, Próximamente (jeje, así como para darle más emoción a la cosa)

lunes, septiembre 24, 2007

"El tigre"

...de Manuel Vicent.

(me encantó este texto muy dado a la reflexión, aplicable a un montón de situaciones que se pueden presentar en la vida)



"Durante una tempestad que se desencadenó de repente en mitad de la sabana, un tigre fue alcanzado de lleno por un rayo, y entre los dos se produjo una gran confusión de luz, pero lejos de matarlo o herirlo la descarga eléctrica sólo trazó sobre la piel del tigre una nueva raya. A partir de ese momento fue un tigre con una raya de más, color fuego, que se veía brillando a mucha distancia. Si este felino tuviera vida interior, semejante suceso podría ser entendido como una gran conquista de su espíritu. Gracias a su poder de concentración para enfrentarse a todos los peligros había sido capaz de neutralizar la fuerza del rayo, un hecho del que podía sentirse muy orgulloso. Sabiéndolo diferente, todas las fieras de su misma especie, incluidos los leones, comenzaron a rendirle admiración, pero un día fue avistado por unos cazadores furtivos, quienes al advertir su rareza experimentaron un deseo furioso de capturarlo, puesto que este tigre se había convertido en una pieza única, la más cotizada, como una obra de arte. La codicia dividió a los cazadores en dos bandos: unos soñaban con ofrecerlo al zoo de Berlín para que se convirtiera en una estrella de la modernidad; en cambio, otros querían desollarlo, echar su carne a los buitres y vender la piel al peletero más afamado para que entrara abrazado a una mujer fascinante en el Metropolitan Opera House de Nueva York. El tigre supo muy pronto la pasión que había despertado entre sus admiradores, cuyo número iba en aumento día a día, todos armados. Estaba recreado en su gloria cuando oyó silbar muy cerca la primera bala. Era el mensaje que le mandaba un cazador para demostrarle cuánto le quería. A este disparo siguieron varios más, todos con la misma señal. Antes de que las bocas de los rifles formaran a su alrededor un círculo amoroso insalvable, el tigre consiguió refugiarse en una mancha boscosa de la sabana. Hasta allí llegaron enseguida otros cazadores con cerbatanas y cápsulas de somníferos. Ni siquiera podía esperar que la noche le protegiera. La raya de fuego brillaba sobre su piel en la oscuridad, y aunque le querían a él nada más, todas las fieras huyeron de su lado al verse descubiertas por aquel resplandor. A medida en que la raya del tigre despertaba más pasión, se ahondaba alrededor la soledad. El rayo lo había elegido para la gloria, y al mismo tiempo lo había condenado. El tigre supo que estaba perdido. El instinto le hizo saber que la belleza sólo está a salvo y permanece incontaminada cuando es inaccesible".

"El arte del mimo es el grito desgarrado del alma"

Hoy murió Marcel Marceau a la edad de 84 años.
"Somos ingenuos, a pesar de los horrores de la vida..."







IÑAKI GIL / CORRESPONSAL

PARIS, Año 1974.- Los otros actores hacen yoga sobre el escenario antes del espectáculo. El no lo necesita. Recibe a EL MUNDO en la última fila del teatro. Pelo blanco y rizado. Pestañas larguísimas que no pueden ocultar la intensidad de su mirada. Manchas en la piel de sus manos elásticas. Marcel Marceau (74 años) celebra sus 50 años de profesión reponiendo un espectáculo en solitario (Bip) que alterna con su nueva creación (Chapeau Melon, Sombrero hongo), un homenaje a Charlot en el que le acompañan 12 actores formados en su escuela.


Pregunta.- Usted sólo vio una vez a Charlie Chaplin. ¿Cómo fue?

Respuesta.- Fue en 1967. Roger Vadim estaba rodando Barbarella y me pidió que hiciera un papel. Fui al aeropuerto de Orly con dos periodistas camino del rodaje. Vi a Charlot con cinco de sus nietos. Para mí era un dios. Yo no sabía si me conocía. Hablamos largo rato y los dos imitamos a Charlot. Fue formidable. Cómo lamento haber dicho a los fotógrafos que no me acompañaran. Pero no quería que Chaplin pensara que quería hacerme promoción a su cuenta. Al final le dije que no podía expresar con palabras lo que sentía por él porque yo todo lo expreso sin palabras. Así que cogí su mano y se la besé. Y a él se llenaron los ojos de lágrimas. Charlot estaba casi olvidado en el 67. Los niños no le pedían autógrafos. Hacía años que no hacía películas. Yo representé a todos los cómicos que le rendían homenaje. Para mí es un recuerdo inolvidable.

P.- ¿Charlot es su infancia?

R.- Yo tenía cinco años cuando iba a ver las películas de Charlot. Le imitaba en la calle y en una colonia de vacaciones que tenía mi tía. Fue mi primera troupe.

P.- ¿Por qué otros personajes siente admiración?

R.- Por Picasso, por Goya. Por los grandes maestros de la danza española, Escudero, Antonio, Carmen Amaya. La danza española tiene una gran calidad y está próxima del mimo. Tiene una gran fuerza dramática. El bailarín zapatea y mima arabescos con las manos. Es una síntesis extraordinaria de Oriente y Occidente. Soy un enamorado de España. Yo tenía 13 años cuando estalló la Guerra Civil española. Escribí 250 páginas en un cuaderno escolar, con dibujos. Es la historia de dos amigos, uno combate con los republicanos y el otro con Franco. Uno mata al otro sin querer durante la guerra. Lo conté siguiendo todas las batallas. Guardo el libro como una reliquia. Algún día se publicará.

P.- ¿Le chapeau melon es su homenaje a Charlot?

R.- Sí, pero no sólo eso. Es una historia surrealista de un hombre que quiere quitarse ese sombrero conformista de la Inglaterra victoriana. La época en que no se entraba en un restaurante sin corbata. La época en que Chaplin hizo Luces de la ciudad, la época de las diferencias de clase. El hombre (un funcionario humilde) quiere desembarazarse de su sombrero para comprarse uno estilo Rodolfo Valentino porque quiere seducir a la cajera del pub. Pero el sombrero hongo está enamorado de él y no se lo puede quitar de la cabeza. En esta historia rindo homenaje a Chaplin porque Charlot era un vagabundo que quería conservar su dignidad y vestir con corbata como un modesto funcionario.

P.- Su personaje Bip tiene 50 años. Defínalo.

R.- Es un don Quijote que se bate con los molinos de la vida actual. Después de la Guerra cazaba mariposas, los sueños de la infancia. El público era sensible a la muerte de la mariposa en su mano porque sus espasmos remedaban al corazón del hombre. Hice simbolismo sin saberlo. El personaje crea con la emoción ese arte que son los gritos del silencio. El nombre lo tomé del personaje Pip, héroe de Las grandes esperanzas de Charles Dickens.

P.- Estamos inmersos en una generación del ruido. ¿Sus silencios se escuchan?

R.- La gente me dice que mi silencio hace bien. Cuando empecé hace 50 años la gente me decía cómo se va escuchar su silencio en medio de los ruidos del mundo. Yo respondía, no es un silencio, son los gritos del silencio. Hay una musicalidad incluso en el silencio. La poesía del gesto crea una musicalidad en el alma del público.

P.- ¿Ser mimo es jugar a hacerse el mudo?

R.- Creo que la gente no se da cuenta de que soy silencioso. Si me pusiera a hablar destruiría el misterio del silencio. El arte del mimo está unido al silencio como la música a su tonalidad propia. P.- Durante todos estos años, ¿nunca ha tenido ganas de decir una palabra desde el escenario? R.- No. Sólo hablo en la televisión o en la escuela donde enseño. Hay que enseñar a los alumnos porqué se hace tal gesto. Estoy obligado a hablar. Yo digo, por ejemplo, que el matador es un mimo porque coge el peso del toro sobre él. Y cuando se acerca a él con valor, no puede ser ridículo en su forma de andar.

P.- ¿Hay algo que no se pueda expresar sin palabras?

R.- La mentira. El mimo tiene que ser claro y legible. No puede hacer trampas. Con las palabras se puede ocultar todo. Se puede hacer promesas que no se van a cumplir. El arte del mimo es el grito desgarrado del alma entre el bien y el mal con la esperanza de que el bien sea mayoritario.

P.- ¿Es ese su mensaje?

R.- Sí. Espero que las jóvenes generaciones aprendan la fraternidad y que no haya nacionalismos como antes.

P.- ¿Los grandes enemigos?

R.- El integrismo y el fanatismo. Es una forma de fascismo mental. Hubo una época de oro cuando las tres religiones eran toleradas en España. ¿Por qué no puede volver ese momento? La modernización ha llevado a una competitividad donde sólo cuenta el dinero.


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¡Hasta siempre, Marcel Marceau!
...

jueves, septiembre 20, 2007

Regreso




Aunque sólo sea un hola y un adios.

Se ha cumplido un año y poco más de la creación de este invento, y aunque sólo sea por eso, he decidido reaparecer aunque no sepa muy bien con qué fín.

Sí, me voy. O vuelvo. O quizá ni una cosa ni la otra,

...a recuperar cosas que perdí por el camino, o a perder las cosas que encontré sin darme cuenta.

"Cobertura"






Sergi Pàmies




" Normal. Todo es perfectamente normal. Como que llueva en otoño. Como que haga frío en invierno. como que te repita una comida a base de rábanos, ajo y pimientos. Cuando salgo a la calle, recuerdo que, atraídos por la luminosidad de mi sonrisa, se me acercan vendedores de lotería, harekrishnas, mormones, palomas, perros abandonados, moscas heridas, hojas muertas y, finalmente, un mendigo. Le doy un billete de mil y lo abrazo, incrédulo todavía, y, para no dejarme arrastrar por el optimismo que me ha producido la visita al médico, vuelvo a mirar la pantalla líquida del teléfono portátil, a ver si tengo cobertura. Aunque la tengo, llamo igualmente a casa para saber cómo está la niña, interrogo a la canguro y me cuesta creer que no haya ninguna novedad, que mi hija se lo haya comido todo. («¿Todo, todo?», insisto) y que ahora duerma como dicen que duermen los niños. Y, después de colgar, me doy cuenta de que necesito ese lastre de responsabilidad, esa ancla de preocupación para no soltarme del todo, para no ponerme a volar, como si no quisiera admitir que –pese a los nubarrones que, entre dos rascacielos, se aproximan– vale la pena vivir, cantar en la ducha, ayudar a abrir la puerta del ascensor a una mujer que regresa del supermercado cargada de bolsas, olernos los dedos antes y después de, dar conversación a los taxistas, entrar en una tienda y probarnos ropa que no podemos pagar, y escribir, aunque sea en una novela que se muere, aunque sea en una lengua moribunda. "

martes, agosto 14, 2007

Cortex de Recorte

Absurdo ejercicio este, pero quiero agrupar con este gesto todas las sensaciones magníficas y estériles que se convierten irremediablemente en un monólogo hecho de recortes intermitentes.





Piezas de un puzle inacabado.


Esto no es lo que parece.

No sé en qué momento comenzó mi espejismo

ayer..

Quiero volver, y recuperarte, tiempo perdido.

No.

Esto no es lo que parece.

Recuerdas aquella gota,..esa lluvia tibia que... escuché ayer?

Me muero por volver.

Hay puertas grandes,
hermosas en su visión.
Invitan a recorrerse.
La luz que por ellas entra..
no es casual.

Nunca.

Rodaste invadido
por su inconsistente textura
de pájaro.

Creiste

Deshabilita cada chip
cada rol
cada código
cada rostro
que hay en tí.

'En tránsito'

He perdido los papeles y las ansias.
Las aspas del ventilador desordenan toda incitación,
y la excesiva iluminación, retrae mis pupilas.

No hay nada que hacer.

Puedes irte.
O no.

Dime por qué cuesta tanto traspasarlo,
conspirar sin excesivos razonamientos
ni redundancias que espesen el aire

Si miraras el cielo ahora mismo
exento de ruído, blanquecino
como acorchado...
sentirías que la inercia te consume
quietamente, como muriendo

Y me quedo enroscada, inutilmente,
como una serpiente fatalmente amaestrada
haciendo tiempo, absurdamente
con los colmillos clavados en el suelo.

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lunes, mayo 28, 2007

In... trascendencias



Como aquella luna recluída
fugitiva y sensual
mordiéndose los labios
cruzando sus piernas moribundas
que se ocultaba tras el zumbido
de miles de gargantas.






miércoles, mayo 23, 2007

El Sueño del Caracol

"El Sueño del Caracol" es un delicioso cortometraje del director español Iván Sainz Pardo del que, a pesar de su punzante dramatismo, yo he preferido quedarme con su lado más positivo.
Quizá nunca lleguemos a saber hasta qué punto el destino es determinante en nuestras vidas.
Un pensamiento, un quiebro inesperado, una mirada incierta, un instante de duda, y la concepción de nuestra vida queda expuesta a un cambio de rumbo. De nosotros depende el resto. Quiero creer eso...y quiero estar despierta para no quedarme atrás, para no perder el rumbo.


sábado, abril 28, 2007

Tridimensional


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Lo instintivo siempre encierra un componente inevitable.
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¿Son tuyos esos cuadros? (preguntó Daniela)
-Sí, los colgué para romper la quietud de las paredes. ¿Te gustan?

Ella sin mediar palabra se limitó a mirar con curiosidad y precisión. Las distancias cortas revelan de inmediato el rostro más primitivo de las cosas, todo aquello que no necesita una explicación.


-Me quedan un par de cervezas. ¿Quieres una?
No no, gracias.


(Visión abstracta de Daniela:)

"En un rincón, reclinado sobre la vitrola, Nicolai Rimski-Korsakov acariciaba sensual e incestuosamente el cuerpo tembloroso de Sheherazade, quien calladamente gritaba pidiendo más. ".....

Alberto acostumbraba a plasmar sus emociones sobre un fondo oscuro, casi siempre negro. Los contrastes eran tibios y el mensaje provocaba a menudo una melancolía casi fúnebre. El siempre se quejaba de esa cualidad maldita. Del poco tiempo que disponía para adquirir colores más vivos, más atrevidos o más convincentes. Ella siempre sonreía con ternura ante semejante justificación. Creía conocerlo mejor que nadie, incluso que él mismo, y eso la proporcionaba un oscuro placer erótico, porque aquellos matices no eran sino un complejo muestreo de emociones no compartidas, ocultas bajo una capa de misterio que sólo ella era capaz de contemplar. Era su forma de poseerle, de aproximarse sin temor al fracaso ni al dolor.Salvo los trabajos que realizaba por encargo, todo lo demás la resultaba demasiado familiar.
Como de costumbre, se acomodaron a una distancia prudencial el uno del otro. Era una constante en ella establecer una barrera infranqueable entre lo propio y lo ajeno, mientras que él, se mostraba sumiso, incondicional y patéticamente manejable ante la tela de araña que lo mantenía atrapado.


(Visión abstracta de Alberto:)

""Yo, sentado en el silloncito junto a la chimenea, totalmente hipnotizado por el clima mágico que la ocasión había fabricado, leía y releía, de manera orgásmica, cada uno de los poemas, bebiéndolos gota a gota, saboreando cada palabra, lamiendo cada verso, descifrando cada enigma, violando cada silencio, al mismo tiempo en que Astor Piazzola, después de una entrada apoteótica en escena, sacaba una orquesta de dentro del sombrero y empezaba a musitar un tango atípico y disonante."...

Alberto no dejaba de compadecerse de su vida, de sus tortuosas relaciones familiares mezcladas con su etapa rompedora en la adolescencia. También del agobio que le producen los compromisos y de su necesidad de aislamiento...
Daniela mientras lo escuchaba, no podía apartar la mirada de la oscura silueta que colgaba de la pared de enfrente y que parecía estar sufriendo una extraña metamorfosis.


Alberto se sintió incómodo y lo único que se le ocurrió hacer fue mirar el reloj. Daniela comprendió el gesto y una vez de pie, mientras él llevó la lata de cerveza vacía a la cocina, descorrió levemente la cortina que caía silenciosa frente al enorme ventanal. De pronto sintió la presencia de Alberto. Sus dedos se hundieron tímidos en sus hombros y ella girando suavemente la cabeza le dijo al oído: Es tarde...Vámonos.


(Visión abstracta de ámbos)

""Las hojas del libro empezaron a desfilar en una cadencia erótica y semántica, hasta que finalmente comprendí, cuando el pubis de la madrugada se sentó a los pies de la chimenea, exhausto de vagar por la oscuridad en busca del amanecer que lo desflorase, que todos los poemas, independiente de quién los haya escrito, contienen una lección de vida, y otra de sensibilidad, y una más de profundidad. "


El autor del poema intercalado es Bruno Kampel, de Trilogía Sentimental.

..

martes, marzo 27, 2007

Recuperando el hilo



De repente, este lugar donde me encuentro ahora mismo se está convirtiendo desde hace unos meses en la típica plaza tranquila que todas las ciudades tienen. Allí donde cualquier ciudadano, sobre todo los comunes, descansan de vez en cuando del ajetreo rutinario de sus vidas.
Una ciudad que hoy se entromete por los ojos como un rayo de sol primerizo, o por las fosas nasales con ese aroma de primavera recién cultivada, o con ese sabor a canapé y a martini en los labios.

Ha pasado demasiado tiempo.

La última vez que me enfrenté a un papel en blanco y en un sitio público como este, puedo situarlo en el faro de la ciudad que me vio nacer. Pero entonces llovía por todas partes y un gris áspero se entrometía por todos los huecos de mi paisaje.

Hace un rato, detrás de la barra de esta cervecería, un rostro joven y terriblemente amable me preguntó:
-¿Qué te ha pasado?
Sinceramente me extrañó la 'complicidad' de la pregunta. Y por eso le miré con sorpresa y le respondí con otra pregunta:
-¿Me estás confundiendo con otra persona, tal vez?
-¡No!, -me respondió- te he visto otras veces, pero nunca con esa muleta.
-jajaja, le sonreí y le conté la peripecia en menos de un minuto.
Después me senté en una de las mesas de la parte del fondo del local, y comencé a escribir estas cuatro palabras muy cerca de la ventana.

Para todo aquel que quiera saber, la cosa marcha hacia delante a pesar de los dolores.
Un Abrazo a todos los lectores y amigos.

martes, marzo 13, 2007

Como hojas muertas


Hoy busco una respuesta capaz de aplacar los sonidos de la culpa.
El viento esparce esa abalancha de posos...
ese coraje no enarbolado entonces,
ese temporal abrasivo que me corrompe,
o esa lluvia agitada de meteoros.

Hoy abriste una página extraviada,
una herida profunda en esta frágil condición.
Duele adiestrarse en este neblina.
Todo es embestida.
Un borde ocupado aún por una distancia que se presta a perseguirnos,
inutilmente.

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"Es irónico declarar el olvido y que mis letras te traigan al presente
Pero te traen con tristeza y con un dejo de rabia
Quiero pararme un día y ya no sentirte
Y ni siquiera darme cuenta que ya no estás allí."

Gabriela Martinez

miércoles, febrero 14, 2007

"Werther"




En 1774, el polifacético Johann Wolfgang Goethe escribe 'Las desventuras del joven Werther', una obra cumbre de la literatura romántica de la época. Goethe es considerado entre otras cosas como un gran profundizador a nivel emocional de los conflictos humanos.

En 1986, Pilar Miró a partir de una adaptación más que discutible sobre esta obra junto con Mario Camus, puesto que se aleja bastante del argumento original, produce y dirige 'Werther'.
Supongo que es lícito que un cineasta se apoye en una historia reconocida para crear otra distinta. No estoy nada puesta en la materia
y mi intención no es cuestionar semejante hecho. Lo que me interesa en todo caso es el planteamiento de fondo por el que se desarrolla la historia.
Soledad, vacío, melancolía, aislamiento, cómoda ap
atía. Sin embargo, en cualquier momento algo rompe esa quietud meticulosa. El universo blindado y casi místico de Werther comienza a romperse cuando empieza a entrar la luz.


"Me reconcentro en mí mismo y hallo un mundo dentro de mí; pero un mundo más poblado de presentimientos y de deseos sin formular, que de realidades y de fuerzas vivas. Y entonces mis sentidos se nublan y sigo por el mundo con mi sonrisa de ensueño. "
Goethe



El argumento de Werther es muy sencillo.
Un profesor de griego imparte sus clases en un estricto colegio situado en una ciudad costera del norte de España. Su vida transcurre entre las aulas y la parsimoniosa soledad que envuelve la casa de sus antepasados. Un día alguien le pide ayuda. Alberto, un hombre separado, tiene un hijo pequeño con serios problemas para relacionarse con los demás. Werther acepta darle clases particulares durante un tiempo, y durante este tiempo conoce a Carlota, su madre, la cual constituirá desde el primer momento una revolución existencial para su vida.
El amor, la pasión y la necesidad inminente de estar con ella desencadenarán un final confuso y bastante trágico.
Me gustó mucho la película, las interpretaciones de Eusebio Poncela (Werther) y Mercedes Sampietro (Carlota), el caótico, lento y a la vez explosivo proceso con el que las emociones se van abriendo camino. Werther ya no puede
vivir sin ella, y ella después de varios encuentros, tomará una decisión que lo precipitará a él hasta el suicidio.

Todo esto me hizo pensar en el poder de las emociones.
El hombre es capaz de mimetizarse, de sobrev
ivir en una burbuja diseñada por él para convertir las carencias afectivas en hábitat desconocidos pero soportables.
Sin embargo cuando las emociones traspasan la fr
ontera de la razón, se convierte en la especie más vulnerable del universo.

lunes, febrero 12, 2007

Una mente brillante


Aunque también podría haberlo titulado '"Una cuestión de conciencia colectiva", pero eso sería más complicado aún.

Veamos...

Cada día es más frecuente encontrar en los diarios noticias relacionadas con los desastres ambientales provocados por la industralización, los vertidos tóxicos a todos los niveles, los devastadores efectos de los incendios forestales cada día más numerosos, o la utilización cotidiana en nuestras propias casas de productos que en su día fueron inventos maravillosos.

El planeta azul se nos va de las manos.

Por si fuera poco y como contraste a este fulminante deterioro provocado por la mala utilización de los recursos en los países industrializados, mucha gente en otra parte del mundo, del mismo mundo, se sigue muriendo de hambre y enfermedad por falta de medios.

La música de fondo la ponen las guerras armamentísticas como respuesta a un flujo importante de contrastes ideológicos que se materializan en luchas de carácter económico, religioso, territorial, o porque sí.

En medio de toda esta vorágine contradictoria tan aparatosa de la (r)evolución humana surgen organizaciones o protocolos a nivel mundial con el fín de contrarrestar las injusticias humanas o el desintegramiento gradual del planeta.

Pero voy al tema de fondo de este post.
Porque toda esta brevísima reflexión la tuve al leer ayer una noticia en el diario el mundo que no se muy bien si me causó risa, una leve esperanza, o quizá una mezcla de ámbas.

La cuestión es que se precisa de una mente brillante que nos salve del cambio climático.
La recompensa: 25 millones de dólares.
Así, como suena.

Por un momento recordé como un 'flash' aquella película protagonizada por Bruce Willis titulada "Armageddon", en la que la tierra corría peligro ante el inminente impacto de un asteroide, creo recordar, y los elegidos por la Nasa para salvar al mundo fueron un grupo de trabajadores dedicados a perforaciones petrolíferas. La historia termina bien porque el guionista así lo quiso, pero aunque hubiésemos sido devorados por el choque brutal de ese pedrusco cósmico, aquí no habría pasado nada. Es sólo ficción.

Ver la noticia aquí

Si alguien se considera apto para salvar el mundo, que no se duerma en los laureles.
Tiene 5 años para estrujarse el cerebro.

domingo, enero 21, 2007

Un gramo de oxígeno


Todas las ciudades poseen ese rincón mágico, amable, o casi idílico por donde todo transcurre de manera diferente. No sabría decir a partir de qué sucesos o elementos se produce la metamorfosis, pero el hecho es que sucede. Por eso no es nada extraño que al traspasar la enorme puerta de hierro que da lugar al parque,-uno de los sellos más identificativos de esta ciudad-, te ocurran historias a veces fantásticas, y otras simplemente inesperadas.

De momento dejo una huella fotográfica. Un recorrido muy breve sobre los contrastes y las distintas atmósferas que se respiran durante los cambios de estación.
Espero que funcione bien el invento, y si así fuera, recomiendo ver las imágenes a través de la opción ''Proyección de diapositivas''.


martes, enero 16, 2007

Círculo Vicioso

Siento decirlo de manera tan tajante, pero cada día que pasa siento más asco y aversión por lla vida política de este santo país. Cada día se asemaja más a un circo en el que todos van cumpliendo su papel. Desde los más osados acróbatas hasta los payasos más oportunistas, todos tienen cabida.
Se pueden sacar muchas conclusiones a partir de lo que sucedió (y no sucedió) el pasado día 13 de enero durante la manifestación convocada a consecuencia del último atentado terrorista en manos de una banda de asesinos que todavía tiene la indecencia de decir, entre otras muchisimas cosas:


"ETA reivindica la acción desarrollada mediante una bomba y que causó graves destrozos en el aeropuerto de Barajas, el 30 de diciembre de 2006. Además de manifestar que el objetivo de esta acción no era provocar víctimas, tras realizar tres llamadas para dar a conocer la situación exacta de la bomba, queremos denunciar que en un espacio de una hora larga no se procedió a evacuar el aparcamiento. Así, queremos hacerles llegar nuestro más sentido pésame a los familiares y amigos de Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, fallecidos en el atentado, y al pueblo de Ecuador.
Finalmente, ETA quiere decir que todavía sigue en pie el alto el fuego permanente que comenzó el 24 de marzo a las cero horas."


Este pequeño párrafo es lo más vomitivo e indignante que he leído en mucho tiempo.
Me duele ver que las cosas no avancen, que lejos de equilibrarse, cada día aparecen nuevas fisuras en el camino hacia la paz. Lo único evitable es precisamente lo que no se está haciendo. Consenso y unión entre las fuerzas políticas y gubernamentales de este país.

A continuación dejo un texto que desde mi punto de vista refleja la realidad política y social que vivimos actualmente en torno a un tema tan delicado como este.


Por la paz, divididos

"Miles de personas salieron ayer a la calle (esta vez sin guerra de cifras) en Madrid, Bilbao y otras ciudades. Frente a las manipulaciones, la política cainita, los intereses inconfesables y la manipulación de las víctimas, los ciudadanos sabían dónde y para qué estaban.
Con las víctimas, por la paz, contra el terrorismo.
Ni ambigüedad, ni rendición, ni derrota, ni falta de esperanza, ni ninguna de las acusaciones de algunos.
No hubo consignas políticas. Sólo un grito unánime contra la violencia, por la esperanza y con los muertos, especialmente necesario ahora que la tragedia alcanza a los nuevos españoles.
Faltaron muchos.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), el Foro Ermua, el Partido Popular y, en Bilbao, como siempre a la hora de la verdad, quienes sustentan a los terroristas y sólo entienden la paz de los muertos.
Faltaron los responsables públicos -sean del partido que sean- que han estado en tantas manifestaciones contra los terroristas.
Faltaron los obispos y su eterno doble discurso. Con su propia disensión interna entre los de la unidad sagrada de España y los otros. Ellos, siempre quejosos de que los nuevos españoles venidos de fuera se sienten más arropados por otras iglesias y credos, no supieron estar ayer con los colectivos de inmigrantes.
Faltaron esos intelectuales, periodistas y columnistas de presa tan ocupados en desgañitarse en tantas tertulias con espadas melladas en renglones furiosos.
Faltó una cobertura adecuada en radios y televisiones arrumbadas en el fútbol y los rellenos de sábado por la tarde.
Sobró la grotesca manipulación de Telemadrid, televisión de partido, empeñada en convertir la marcha por la paz en protesta contra el PP.

La bomba de ETA ahonda una división histórica y acentuada desde el 11-M. Sus daños son devastadores:
acaba con el proceso de paz impulsado por el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y erosiona su credibilidad;
profundiza una división política sobre la lucha antiterrorista como ya no se recordaba,
y quiebra la unidad con las víctimas por las sospechas partidistas más allá del dolor.
El Partido Popular ha estado en contra del intento de alcanzar la paz desde el día del alto el fuego. A la vigilancia del gobierno y la defensa de las posiciones políticas ha sumado una manipulación grosera e insoportable.
Cada acusación de capitulación del PP ha sido negada por los terroristas con sus demandas.
En medio, el gobierno, acusado por el PP de dar demasiado y por los terroristas y sus secuaces de no plegarse a nada.
Atónitos, muchos ciudadanos. Unos más esperanzados y otros más recelosos desde el anuncio del alto el fuego. Todos, sin dudar en la voluntad de paz y firmes en la defensa de la democracia. Todos, contentos de cada día sin llorar nuevas víctimas.

La realidad es un enorme fracaso.
Otra vez los muertos, las bombas y el fin de la unión contra el terrorismo.
Las palabras del presidente del gobierno poco antes del atentado de Barajas confirmando la mejoría de la situación son ya sólo un sarcasmo. La mayoría espera menos accidentes verbales, menos mensajes confusos y una posición y liderazgo firme.
Con este PP parece imposible el entendimiento. Está demasiado atento a sí mismo, errante desde la pérdida de un poder que creía asegurado. Se atrinchera en una parte de la sociedad y aleja inevitablemente a muchos otros.
No estuvo con los ciudadanos tras una polémica estéril. Hasta algunos de sus medios de cabecera dan cuenta del error ("El PP hubiera hecho un ejercicio de coherencia y responsabilidad acudiendo a la marcha". Editorial de El Mundo).
Algunas asociaciones de víctimas han ido más allá de lo que su condición legitima y demanda. Todos los españoles demócratas estaban con ellas, siempre y sin fisuras. Ahora es necesario separar claramente sus derechos y condición de las posiciones políticas de quienes las representan.


Pero la esperanza no se pierde.
Los ciudadanos mantienen su demanda: paz y libertad.
El gobierno, el actual y todos, sigue obligado a acabar con el terrorismo.
La decisión democrática es la única que definirá el futuro del País Vasco.
Los ciudadanos siempre apoyarán a las víctimas de ETA, sin distingos de origen, ideología y credo.
La división entre los partidos nacionales no debe ocultar la actitud de un PNV que no puede ni debe estar fuera de un pacto antiterrorista.
La mínima fisura en las posiciones de los sicarios del terror tiene que ser aprovechada con inteligencia para extirpar el tumor, aunque sea poco a poco.

Los ciudadanos han cumplido de nuevo. Muchos políticos, no. Algunos, como el lendakari Ibarretxe o la vicepresidenta Fernández de la Vega han comenzado a reconocerlo.
Los muertos no tienen más salvación que su recuerdo. La política y la paz, sí. A trabajar y a recomponer las posiciones: unidas contra ETA.
Los ciudadanos volvieron a hablar ayer".

Texto escrito por Juan Varela desde su blog Periodistas 21




Por mi parte, chapeau por sus reflexiones.

lunes, enero 15, 2007

Intermitencia



Traspasé la puerta del ambulatorio después de la visita rutinaria, de la cual, todo sea dicho, no obtuve a estas alturas ningún diagnóstico definitivo. Me quedé plantada como un poste al lado del semáforo preguntándome si sería capa
z de crucar la ancha carretera sin temor a que el semáforo cambiara de color. Sinceramente pienso que el reposo me está oxidando, y eso es lo que quizá me dio ánimos para, en un arranque de valentía, redescubrir los colores y olores invernales del pulmón de esta ciudad.

No se quien de las dos se sorprendió más:


También me sorprendió el verdor inusual, las frondosas copas de algunos árboles, y la plataforma color ocre que proyentan las hojas caídas en mitad del otoño.
El caos ambiental es un hecho más que constatado.
Disfrutemos mientras podamos.

domingo, enero 07, 2007

"Revelaciones"

..de Pía Barros.


Recomiendo a todas luces esta lectura. Sólo ha
s de abrir los ojos y dejarte seducir por el magnetismo de un escenario que magistralmente va construyendo párrafo a párrafo, con un lenguaje claro y directo. Desnudo y absorvente. Se puede extraer mucho material de este texto para comentar en voz alta, o simplemente reflexionar hacia dentro. Pía Barros es una escritora chilena que sencillamente atrapa.
Atrévete y disfruta.


-"Los que Sobran".

"Las mesas del café son blancas, atestadas de voces, de vasitos enmarcados en el mantel que contienen temblorosos capuchinos, cortados, expresos. Si me elevo sobre las cabezas, puedo ver los transeúntes pasar rápido con los rostros acalorados, las manos sudorosas sosteniendo paquetes, niños, portafolios, carteras. Me pregunto por qué no nos atrevemos a salir a la calle sin apretujar algo entre los dedos.

Dos personas y yo, estamos sentadas en mesas solas. Los demás son grupos, parejas, estudiantes que atestan el espacio de las mesitas redondas. La de él está en diagonal a la de ella. Se ve que se conocen, por esos getos casuales y estudiados de saludo, complicidad, tensión. El hombre no sabe que está siendo observado, pero noto que ella ha tenido su instante de revelación al ver sus uñas esconderse al interior del puño. No la hace feliz conocer lo que le ocurre, está claro. Su mirada vaga por las mesas, pero yo sé que está mirando dentro de sí misma. Asisto al privilegio de la conciencia alucinada.

Sólo sabe que necesita de su deseo, que si la desea, todo tiene sentido y nada acaba, que todo puede empezar y el delirio embotarle la mente hasta perder la noción de sí misma. Sólo por curiosidad, tal vez, lamer su nuca y descubrir a qué sabe, qué texturas guarda su piel escura contra su carne blanca, de qué modo. Cómo puede cabalgarlo una noche interminable y demorar su entrega, cómo derrotarlo en su deseo, hasta que el deseo se le vierta entre las manos y ella se pinte el rostro de su deseo, el vientre de su deseo y lo obligue a lamerla, para recuperar en ella el sabor por él vertido, a comerse su deseo, fagocitarlo para que vuelva de nuevo en él y por fin sí entre en ella, ahora sí, toda ella llena de su deseo, toda ella escurriendo el conjuro hacia la noche.

Entonces, lo mira en diagonal, suave, encubriendo. Porque se encubren los secretos inconfesables, se les borda de mentiras y justificaciones para que nunca la voz del deseo sea profanada por otras voces.

La piel de la mujer me transmite el rugido callado.

Observo al hombre y me conmueve que en su piel oscura no queden signos del deseo de ella. Las pieles traicionan, no son papel en blanco ara hacer borradores imperecederos sobre los poros.

Quiere ser cuchillo, abrir, rasgar para que la traición la atiborre de pecados, para ser un pecado musitado a solas, destrozada por la pasión de pecar y pecar y seguir traicionando y pecando, hasta que la noche ya no importe, ni él importe, ni nada, sólo esta piel ardida, profunda. Cómo pudo haber estado tan cerca y no notarlo, cómo pudo abandonarse tanto que la piel se le quedó en otro, sin su consentimiento, cómo, cómo.

El hombre mueve con los dedos la página. Ignorante de la mirada de reojo, lleva el dedo índice a la boca, lo humedece y gira con él la página de su revista. Acomodo mi silla para mirarlos de frente, despiadada. Es tan patético y torpe el deseo, que sus letras quedan expuestas hacia mi sarcasmo. La gestualidad lo desnuda todo, sus hombros extendiéndose hasta lo imposible para palpar el are del otro, las huellas dejadas impalpables para ninguno que no sea el cuerpo de los amantes inconclusos.

Estoy sola. Para las como yo no habrá revelaciones.

Envejezco. Me queda el voyerismo. Las mesas de café, las ventanas. A ella el dedo húmedo de él la hipnotiza y sacude la cabeza para alejarse. Como si fuera posible... no saben lo que es el llamado, no se sienten tocados por el milagro de desear, no escuchan las voces, los alaridos mudos de los cuerpos como yo los escucho. Si alguien en estas mesas observase al hombre moreno y la mujer de ojos claros, escucharía como yo, se asombraría como yo de este despilfarro de olores sobre el aire del café.

Sé que se conocen desde antes. Prefiguro una oficina, unos roces casuales, las pieles llamándose por sus nombres y ellos no sabiendo descifrar el lenguaje. Tal vez una mano que toca un brazo al llevar un café, los géneros del pantalón y del vestido entremezclándose, confundiendo en un pasillo estrecho olores y formas, las telas sexuadas un par de segundos.

Los celos, ahora la arrasan los celos. Quién será la que ponga la boca en su nuca, cómo morderán los dientes que no son los de ella, bajo qué verano y qué sol y qué luz de día, otra, que no es ella, hará caminos sobre la piel brillante y oscura, qué otra quedará adherida a ese vientre húmedo que ella no puede cabalgar. Cómo amará esa otra, qué cosas dirá en la semipenumbra, cómo encenderá los cigarrillos compartidos, cómo estará la otra, tan alejada de su rabia y su dolor, tan a salvo, tan segura. No como ella, turbia, estremecida de descubrimientos.

Veo en sus ojos claros. Es tan fácil ver las flamas de los celos, de la culpa. Tal vez haya otro, un otro que duerme a su lado, inconsciente de las transformaciones que amenazan a su mujer ahora tan lejos, lejos incluso de sí misma.

El hombre ha levantado los hombros. El cuerpo del hombre ha sido el que levanta los hombros, endereza la espalda, hunde el abdomen. El hombre no sabe que es deseado, es su cuerpo, como todos los cuerpos, el sabio.
Los celos y el dolor llegan a través de mesas y voces al cuerpo, no a la mente de ese hombre. Aprendices. Sólo son aprendices de un juego riesgoso que no jugarán.

No hay nada que la salve ahora. Ha roto la tácita promesa de no involucrarse, de no aparecer en sus sueños sobre la piel de otro. Ahora descubre las razones de ese insomnio febril y agotado del deseo inconcluso. Los sueños quedan lejos, nunca duermen junto al deseo. Con ella sólo está el sabor reseco de una boca pastosa, insomne, las manos que se recorren a oscuras hasta ella sorprende a sus propios dedos, su cuerpo traicionándola, haciéndole creer que son otros dedos oscuros, otras manos, otros silencios y no sus propios dedos mintiéndole, arrebatándole el deseo marchito y desgarrado de las madrugadas.

Entonces comprende, en ese instante de feroz lucidez, que debe huir, no dejar en libertad la piel, no permitirle el tacto casual con el cuerpo oscuro. Está perdida. El deseo la ha tallado nuevamente y puede perder su libertad, su nombre, su pasado, la piel duramente domesticada de su cuerpo. Cuando reflexiona en que puede perder, sabe que ya se ha perdido.

La veo encogerse como una víctima ante el golpe. Pareciera que de un instante a otro, la ropa le ha quedado grande, el maquillaje ha perdido brillo, la sonrisa transformada en una mueca de desaliento. Desamparada. La veo asumir la magnitud de su abandono. El cuerpo le molesta, la traiciona, es de otro, del hombre en diagonal, no suyo, ya no le pertenece. Tal vez no quiera recuperarlo, tal vez se arriesgue y lo entregue para ser devuelta a sí misma.

Pero no, no lo hará. La aguardan tantas revelaciones, cree ella, y yo sé que son escasas, que se muere lentamente con los años. Ella cree que esta vez no, no lo hará, habrá otras, cree.

Huir, debe huir. Ella sabe como huir. La violencia de las palabras preparan la huida. Los gestos suaves, las ternuras, las confidencias, preparan la huida para siempre. No el desafío, no los gestos hoscos de su pasión. La otra ella que la habita debe salir ahora, enturbiarlo todo, borronear la pasión, desgastar el gesto, lavarle la piel del deseo por la piel oscura, dejarla blanca, impoluta, aséptica. Volver a lo que era antes, antes de que se confesara a sí misma lo que ocurre. Huir.

Conozco ese miedo desde hace mucho. Viene con las palabras, se lo veo desde aquí. Huir. Dejar el territorio que no domina ni conoce. Ella huirá, como se huye siempre del dolor, o del placer, de las emociones. Pero si el hombre hiciera un gesto... uno sólo, bastaría un único gesto para que ella arrojara al vacío las convenciones y las palabras, para que lo desandara todo y dejase hablar al idioma de los cuerpos. El hombre alza los hombros, pero no sabe. Quiero ir hasta su mesa, decírselo. Pero envejezco y ya no importa. La pasión muere conmigo. No he sido hecha para salvar las pasiones de nadie, muero sólo ante mí misma, estoy aquí para verlas, siempre desde lejos, ocurriéndole a otros, desperdiciándolas otros, anulándolas otros.

Determinaciones. Pasos a seguir, resoluciones. Nada de aguardar su presencia, nada de toparse sobre los vértices de un deseo que no le pertenece. Nada de alargar las frases y las despedidas y los encuentros casuales.

Traerá para él otras pieles blancas que no serán la suya, otras pasiones para encubrir, otros territorios. Lejos, partir lejos, que su voz no sea más que los sonidos del desencanto, la opacidad de las buenas maneras, la androgenia de la cordialidad. No importa cuántos insomnios tenga que soportar, ni cuántas ventanas derritiéndose ante el invierno que no llega. Respirar profundo. Cambios.

Ella se ha levantado y se despide con un saludo gélido y cordial. (Nada hay más frío que la cordialidad, las buenas maneras lo congelan todo). El hombre abandona la revista para mirarla alejarse, esta vez fijamente, sin simular. Luego, se levanta y se marcha.

Me quedo un rato más viendo pasar la gente. Algo me duele dentro. Algo se me ha clavado en lo hondo. Volveré una y otra vez a esta mesa buscándolo, trayendo mi dolor, para desearlo como ella lo desea, para ver si mi piel vuelve a llenarse de deseos ajenos. Sin revelaciones, sólo por la sorpresa de descubrir los desencuentros."

Y nada más por ahora. Continúo 'desguarnecida y angustiada', como bien decía un buen amigo mío en situaciones en las que el tiempo late con otra frecuencia, pausado y reconciliante, pero paradójicamente a veces también, bastante anodinamente.

miércoles, enero 03, 2007

Receta de año nuevo


Ingredientes:

  • Agua caliente
  • Sal gorda
  • Varias porciones de 5 a 10 cm. de longitud de gel analgésico antiinflamatorio vía tópica.
  • 1 ración de diclofenaco sódico cada ocho horas.
  • Una tobillera
  • Un cuenco, palangana o recipiente similar. (el de la fotografía no sirve, pero adorna)
  • Un pie fastidiado, preferiblemente a la altura del talón en zona periférica interior.
  • Una rodilla hecha polvo implicada en el asunto, por meticona.
  • Un soporte preferiblemente alto para elevar durante el mayor tiempo posible la extremidad dañada.
  • Una pizca de paciencia
  • Un poco de reposo...
...y esperar sentada a ver qué pasa.

Una forma como otra cualquiera de empezar con mal pie el año. (cronchh)