miércoles, febrero 14, 2007

"Werther"




En 1774, el polifacético Johann Wolfgang Goethe escribe 'Las desventuras del joven Werther', una obra cumbre de la literatura romántica de la época. Goethe es considerado entre otras cosas como un gran profundizador a nivel emocional de los conflictos humanos.

En 1986, Pilar Miró a partir de una adaptación más que discutible sobre esta obra junto con Mario Camus, puesto que se aleja bastante del argumento original, produce y dirige 'Werther'.
Supongo que es lícito que un cineasta se apoye en una historia reconocida para crear otra distinta. No estoy nada puesta en la materia
y mi intención no es cuestionar semejante hecho. Lo que me interesa en todo caso es el planteamiento de fondo por el que se desarrolla la historia.
Soledad, vacío, melancolía, aislamiento, cómoda ap
atía. Sin embargo, en cualquier momento algo rompe esa quietud meticulosa. El universo blindado y casi místico de Werther comienza a romperse cuando empieza a entrar la luz.


"Me reconcentro en mí mismo y hallo un mundo dentro de mí; pero un mundo más poblado de presentimientos y de deseos sin formular, que de realidades y de fuerzas vivas. Y entonces mis sentidos se nublan y sigo por el mundo con mi sonrisa de ensueño. "
Goethe



El argumento de Werther es muy sencillo.
Un profesor de griego imparte sus clases en un estricto colegio situado en una ciudad costera del norte de España. Su vida transcurre entre las aulas y la parsimoniosa soledad que envuelve la casa de sus antepasados. Un día alguien le pide ayuda. Alberto, un hombre separado, tiene un hijo pequeño con serios problemas para relacionarse con los demás. Werther acepta darle clases particulares durante un tiempo, y durante este tiempo conoce a Carlota, su madre, la cual constituirá desde el primer momento una revolución existencial para su vida.
El amor, la pasión y la necesidad inminente de estar con ella desencadenarán un final confuso y bastante trágico.
Me gustó mucho la película, las interpretaciones de Eusebio Poncela (Werther) y Mercedes Sampietro (Carlota), el caótico, lento y a la vez explosivo proceso con el que las emociones se van abriendo camino. Werther ya no puede
vivir sin ella, y ella después de varios encuentros, tomará una decisión que lo precipitará a él hasta el suicidio.

Todo esto me hizo pensar en el poder de las emociones.
El hombre es capaz de mimetizarse, de sobrev
ivir en una burbuja diseñada por él para convertir las carencias afectivas en hábitat desconocidos pero soportables.
Sin embargo cuando las emociones traspasan la fr
ontera de la razón, se convierte en la especie más vulnerable del universo.

lunes, febrero 12, 2007

Una mente brillante


Aunque también podría haberlo titulado '"Una cuestión de conciencia colectiva", pero eso sería más complicado aún.

Veamos...

Cada día es más frecuente encontrar en los diarios noticias relacionadas con los desastres ambientales provocados por la industralización, los vertidos tóxicos a todos los niveles, los devastadores efectos de los incendios forestales cada día más numerosos, o la utilización cotidiana en nuestras propias casas de productos que en su día fueron inventos maravillosos.

El planeta azul se nos va de las manos.

Por si fuera poco y como contraste a este fulminante deterioro provocado por la mala utilización de los recursos en los países industrializados, mucha gente en otra parte del mundo, del mismo mundo, se sigue muriendo de hambre y enfermedad por falta de medios.

La música de fondo la ponen las guerras armamentísticas como respuesta a un flujo importante de contrastes ideológicos que se materializan en luchas de carácter económico, religioso, territorial, o porque sí.

En medio de toda esta vorágine contradictoria tan aparatosa de la (r)evolución humana surgen organizaciones o protocolos a nivel mundial con el fín de contrarrestar las injusticias humanas o el desintegramiento gradual del planeta.

Pero voy al tema de fondo de este post.
Porque toda esta brevísima reflexión la tuve al leer ayer una noticia en el diario el mundo que no se muy bien si me causó risa, una leve esperanza, o quizá una mezcla de ámbas.

La cuestión es que se precisa de una mente brillante que nos salve del cambio climático.
La recompensa: 25 millones de dólares.
Así, como suena.

Por un momento recordé como un 'flash' aquella película protagonizada por Bruce Willis titulada "Armageddon", en la que la tierra corría peligro ante el inminente impacto de un asteroide, creo recordar, y los elegidos por la Nasa para salvar al mundo fueron un grupo de trabajadores dedicados a perforaciones petrolíferas. La historia termina bien porque el guionista así lo quiso, pero aunque hubiésemos sido devorados por el choque brutal de ese pedrusco cósmico, aquí no habría pasado nada. Es sólo ficción.

Ver la noticia aquí

Si alguien se considera apto para salvar el mundo, que no se duerma en los laureles.
Tiene 5 años para estrujarse el cerebro.