lunes, enero 15, 2007

Intermitencia



Traspasé la puerta del ambulatorio después de la visita rutinaria, de la cual, todo sea dicho, no obtuve a estas alturas ningún diagnóstico definitivo. Me quedé plantada como un poste al lado del semáforo preguntándome si sería capa
z de crucar la ancha carretera sin temor a que el semáforo cambiara de color. Sinceramente pienso que el reposo me está oxidando, y eso es lo que quizá me dio ánimos para, en un arranque de valentía, redescubrir los colores y olores invernales del pulmón de esta ciudad.

No se quien de las dos se sorprendió más:


También me sorprendió el verdor inusual, las frondosas copas de algunos árboles, y la plataforma color ocre que proyentan las hojas caídas en mitad del otoño.
El caos ambiental es un hecho más que constatado.
Disfrutemos mientras podamos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Campo Grande? de peque me encantaba pasear por allí, y hace mucho tiempo que no lo hago, la proxima vez que vaya por allí me doy una vuelta.
Un beso y ánimo en tu recuperación!

Chus dijo...

Muchas gracias por los ánimos Javi.
Dejé un post con imágenes del campo grande. No dejes de visitarlo cuando vengas. Está precioso!
Cuando yo era pequeña no le hacía ni caso, y es que cuando nos hacemos mayores, es cuando empezamos a valorar y admirar determinadas cosas.

Un Besote!

Unknown dijo...

""y es que cuando nos hacemos mayores, es cuando empezamos a valorar y admirar determinadas cosas.""

te keruu