lunes, septiembre 24, 2007

"El tigre"

...de Manuel Vicent.

(me encantó este texto muy dado a la reflexión, aplicable a un montón de situaciones que se pueden presentar en la vida)



"Durante una tempestad que se desencadenó de repente en mitad de la sabana, un tigre fue alcanzado de lleno por un rayo, y entre los dos se produjo una gran confusión de luz, pero lejos de matarlo o herirlo la descarga eléctrica sólo trazó sobre la piel del tigre una nueva raya. A partir de ese momento fue un tigre con una raya de más, color fuego, que se veía brillando a mucha distancia. Si este felino tuviera vida interior, semejante suceso podría ser entendido como una gran conquista de su espíritu. Gracias a su poder de concentración para enfrentarse a todos los peligros había sido capaz de neutralizar la fuerza del rayo, un hecho del que podía sentirse muy orgulloso. Sabiéndolo diferente, todas las fieras de su misma especie, incluidos los leones, comenzaron a rendirle admiración, pero un día fue avistado por unos cazadores furtivos, quienes al advertir su rareza experimentaron un deseo furioso de capturarlo, puesto que este tigre se había convertido en una pieza única, la más cotizada, como una obra de arte. La codicia dividió a los cazadores en dos bandos: unos soñaban con ofrecerlo al zoo de Berlín para que se convirtiera en una estrella de la modernidad; en cambio, otros querían desollarlo, echar su carne a los buitres y vender la piel al peletero más afamado para que entrara abrazado a una mujer fascinante en el Metropolitan Opera House de Nueva York. El tigre supo muy pronto la pasión que había despertado entre sus admiradores, cuyo número iba en aumento día a día, todos armados. Estaba recreado en su gloria cuando oyó silbar muy cerca la primera bala. Era el mensaje que le mandaba un cazador para demostrarle cuánto le quería. A este disparo siguieron varios más, todos con la misma señal. Antes de que las bocas de los rifles formaran a su alrededor un círculo amoroso insalvable, el tigre consiguió refugiarse en una mancha boscosa de la sabana. Hasta allí llegaron enseguida otros cazadores con cerbatanas y cápsulas de somníferos. Ni siquiera podía esperar que la noche le protegiera. La raya de fuego brillaba sobre su piel en la oscuridad, y aunque le querían a él nada más, todas las fieras huyeron de su lado al verse descubiertas por aquel resplandor. A medida en que la raya del tigre despertaba más pasión, se ahondaba alrededor la soledad. El rayo lo había elegido para la gloria, y al mismo tiempo lo había condenado. El tigre supo que estaba perdido. El instinto le hizo saber que la belleza sólo está a salvo y permanece incontaminada cuando es inaccesible".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Menos mal que la belleza no está a salvo nunca, pues su deber es sucumbir en medio de lo rudimentario; de lo contraio no habría asombro.

El pecado del tigre fue no haber muerto gloriosamente envuelto por el rayo

¿Hay mejor cosa que, por ejemplo, sucumbir en la vida al rayo del amor?

Digo, si es que se trata de verdad de un rayo

Un abrazo

Anónimo dijo...

Chus, el frío llega y nos hace estremecer con su desenfreno para saber que ha de partir cuando es su momento, sabe que morirá metafóricamente, como muere y renace cada cosa en la vida...
Manuel Vincent me gusta como escritor, feliz día mi niña, un abrazo desde el norte con vientos gélidos pero llenos de cariño.

Un beso, entré a visitarte,
Ysabel :-)
Allá tienes una tarea, alimentarlo es menester preciosa, hasta que no lo hagas no dejo algo nuevo jajaja.

;-)

Anónimo dijo...

Yo creo que al tigre lo matan no por hermoso, sino por diferente.
Morimos por la belleza y matamos por la diferencia, así lo veo yo.
Saludos