jueves, noviembre 23, 2006

Silencio, se rueda.

"En virtud de la palabra el hombre es superior al animal, por el silencio se supera a sí mismo" - (Paul Masson)


Inquietante


Algunas imágenes




El cineasta alemán Philip Gröning, es el autor de una cinta catalogada como documental. Documental que sin duda se acerca a la realidad de una orden religiosa, los Cartujos, pero apoyado a su vez en un elemento de dificil manejo como lo es el silencio.

La materialización de la obra le ha costado al cineasta nada menos que 22 años. En 1984 habló con la orden con el propósito de filmar la película ese mismo año.
Ellos contestaron: ''Es demasiado pronto. Dentro de 10 o 15 años, tal vez".
Y los años se sucedieron sin más respuestas hasta que en 1999, Philip recibe una llamada del Gran Charteuse de Grenoble, en los alpes franceses. Probablemente la más esperada de todas las llamadas en mucho tiempo. Había llegado el momento de actuar.

Hubo condiciones.
Solamente él podía entrar en el monasterio.
Solamente podía usar la luz natural, eludiendo cualquier artificio.

Fueron seis meses de convivencia con los monjes.
Seis meses en los que Philip se convirtió en uno de ellos.

El resultado del trabajo salió a la luz en el año 2005 en el festival de Venecia.
Todo un éxito.

Son 161 minutos en los que pueden suceder varias cosas, o puede que sólo dos:
Que el sueño te venza, o que te adaptes como un guante a la experiencia.

Este es un recital que no me quiero perder.

2 comentarios:

Obsidiana dijo...

El silencio como protagonista principal.

El tiempo recorriendo el silencio.
O el silencio el tiempo?

Cuando la palabra
enmudece, es ahí cuando se comienza
a escuchar.
Así dicen.

Esta película sin duda es interesante.
Todo un reto para cualquier cineasta
representar la palabra muda en imágenes
cotidianas..en donde día a día
acompañadas de silencio,
la rutina impera.

Chus dijo...

Me pregunto qué tipo de "llamada espiritual" siente el hombre (y me refiero al género masculino) cuando decide llevar una vida como esta, basada en las obligaciones más estrictas en medio de tanta austeridad, pero a su vez, rodeado de un entorno natural y virgen, hermoso, y por si fuera poco, privado de voz.

Me encantaría visitar un lugar así.

Dicen que la vida contemplativa es la forma más pura con la que el hombre se fusiona con dios, el entorno y los semejantes.
No entiendo esa filosofía como método de vida. Como experiencia transitoria sí, pero nada más.

¿Existen lugares como estos presididos por mujeres?
De repente me asaltó la duda, y me hizo pensar...

Abrazos, Obsi.
Cuan silenciosa estás!