viernes, septiembre 29, 2006

"Even in The Quietest Moments"





Recuerdo aquella manera de descomponerme. Un sonido capaz de alisar tanta rugosidad.
La estrechez se abría y me rompía. Observar el cosmos desde allí, se convertía en un momento imperecedero.
Esa ingenua sensación de huída...

Aquellas sí que fueron épocas de gestos y de muecas. Lloros y pérdidas. Insensateces. Crucigramas invertidos. Sopas bobas.

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Cuando todo parecía estar reconciliándose, algo duele inexorable. Es como si el alma aquejara inexperiencia. Revolotea una manada de filamentos que van más allá del entendimiento concreto, de la conciencia superflua, o de la lógica de un sentimiento.
¿Será que a veces todo se traspapela?
Será que todo se trasunta a modo de subtítulo viejo; será que los paralelos vuelven a chocar, que se difuminan dibujando un rastro complejo. Será que todo se simplifica y multiplica al mismo tiempo cuando un viento antiguo resopla sin dirección.

Rodeos
Indigencias
Nunca indiferencias

Desmesura, me digo.
Desata(te) ese revestimiento infalible y capacitado en evidenciar tu opacidad, ese enjaulado pasadizo que ya no tolera cada linea fronteriza.
Disuelve(te) en ese desproporcionado desconocimiento sabido de los tránsitos, en esa comparsa de voces indivisibles que actua como una envergadura que prolifera en el agua como un concepto cambiante.
Escucha ese rugir, ese auge en tus manos de polvo, esa complaciente fragilidad de grano de arena, esa desdoblada fase de imperfección que te reduce a miseria.

Sabor agridulce de lineas.
Lucha que sobrevive en este entretejer y descuartizar sabores y olores.

Esa lucha fue,
la que así me impregnó
de tantos sueños
imaginarios.
Ese oasis,
repleto ahora
de decepciones.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Por una u otra razón cada día debo olvidarte un poco
no mirarte en la dureza de las piedras que clarean el río
ni en la descomposición de las cosas muertas que dan vida a la tierra
olvidarme de los hilos que tímidamente soportan lo real que miro y toco
y que se enredan desde tus dedos por paredes oscuras hasta mí
debo desprenderme cada día de un recuerdo que se agrega
a la infinitud de ecos amortajados tras tus huellas
y suprimir con saña cualquier destello
de afinidad