sábado, septiembre 16, 2006

Derechos de autor

Todo texto que circule por la red, está expuesto al manoseo, al plagio y a la contaminación. Es como si el autor lanzara desde la ventanilla de un avión y sin paracaídas, un trozo de alma envuelto en un papel. El suicidio es una parte del trato. Toda aventura que se precie de serlo, necesariamente se convierte en un riesgo.

Ayer quise dejar en ''Latencia nómada'' un texto sobre los espejos, pero algo me retuvo.
Lo contaré esta noche, o mañana.
Sólo que no quiero que se me vaya la idea.

Por lo tanto, continuará...

Después de pensarlo mucho, no tengo muy claro por dónde quiero agarrar el tema.
Comenzaré diciendo que soy bastante propensa a leer literatura en la red. Pero no de una manera masiva o extensa, me explico:
Me inclino más por las historias cortas, los poemas y la prosa poética fragmentada. Tengo una larga lista de textos recopilados a lo largo del tiempo. A través de ellos, o bien intento expresar lo que por mí misma no puedo, o simplemente dejo que me toquen con su sensibilidad cuando inevitablemente se aproximan a mí como un juego de seducción que yo, más tarde, pretendo lanzar de nuevo al exterior con una cierta sensación de hallazgo que me encanta compartir.
De más está decir, que delante o detrás de cada texto, siempre, pero siempre siempre y por convicción propia, he resaltado el entrecomillado necesario, y he nombrado en voz alta el correspondiente autor del mismo.

Dicho esto, recontinúo.
La otra noche busqué un texto que un día encontré por la red y que me pareció perfecto para adjuntarlo en su momento, como una enmarcación figurada, a una imagen de mi autoría que un día coloqué en un foro de fotografía. Lo encontré pero a la vez recordé que no lo expuse íntegro, con lo cual, intenté dar de nuevo con la página original del autor.
Y una vez dentro, me entretuve leyendo muchas otras cosas, pero al llegar al final de una de las páginas, me encuentro con este mensaje envuelto en un extraño paréntesis que dice:

(Prohibida la reproducción total o parcial de estos textos sin permiso por escrito del autor)

Me quedé planchada. Pero no sólo eso, también me quedé inmóvil y con una indecisión espantosa, por no hablar de un ligero sentimiento de culpabilidad por recordar de repente que un día publiqué un texto suyo sin pedirle autorización.

Esto no es una crítica hacia Juan Planas Bennásar sino todo lo contrario.

Creo que era una noche de insomnio, por eso pensé que no contaba con la fluidez de ideas o las palabras adecuadas para formular semejante petición. Aún así, pinché donde decía en su página..''escríbeme'' y yo, como soy muy obediente, comencé diciéndole/lo:

-Nunca he hecho una petición de este tipo, por lo tanto espero que me disculpe quien al otro lado de la pantalla esté leyendo este correo.
Hace algún tiempo encontré un texto precioso de Juan Planas Bennásar, titulado 'En el Espejo''.
Confieso, para qué negarlo, que lo transcribí en un foro con el debido entrecomillado y nombrando al autor del mismo.
Hoy volví a buscar ese texto que afortunadamente encontré de nuevo, pero reparé en algo que estaba escrito al final de la página y de lo que, anteriormente ni me había percatado.
Por lo tanto, como el deseo del autor es autorizar su publicación, espero que se me responda a la mayor brevedad posible de manera afirmativa.
El blog donde pretendo colocarlo es un espacio realmente exqusito de una amiga mía. Los espejos son para ella, no sólo un soporte para la inspiración, sino un misterio que le lleva a adentrarse hacia su yo más profundo. No quiero alargarme más.
En verdad digo que el texto ''En el Espejo'' desearía poderlo transcribir en su página.

Muchísimas gracias por atenderme, y enhorabuena por la calidad de los escritos encontrados de Juan Planas Bennásar.

Un saludo.-


La sensible disminución del tamaño de la letra, no es casual.
¿Me puedo reír?
Un día dije que soy de esas personas que van de puntillas por la vida, unas veces por respeto y otras veces por miedo, y que para dar un pasito, mi pie derecho le pide permiso a mi pie izquierdo.

Pero no quiero desviarme del tema.
Obtuve respuesta afirmativa de Juan Planas Bennásar y estoy muy agradecida por ello.

Todo esto me hizo pensar mucho sobre los derechos de autor, sobre el copyright famoso, sobre mis derechos como consumidora de artículos que levitan en esta senda selvática llamada internet, y en muchas otras cosas relacionadas con la moral de cada individuo.

Hay muchísima información en la red acerca de este tema tan resbaladizo y espinoso, ya que, al tratarse de un soporte digital y de tan fácil acceso, no hay manera humana de controlar el fín que cada individuo esté dispuesto a darle a todo el material encontrado. Porque aunque existan leyes que amparen a los derechos del autor, de poco o de nada sirven en un mundillo que aunque parezca caber en una mano, se pinta inabarcable y se expande hacia el infinito.



8 comentarios:

Anónimo dijo...

Cachis, no me dejes con la duda...

Chus dijo...

A mi más ferviente lector no le voy a dejar con la duda.
jajajaja, me río de janeiro.
Es que todavía estoy bajo los efectos luminosos del primer comentario recibido, desde que se me ocurrió la idea peregrina de llevar a cabo una 'empresa' como esta.

Pera que me concentro:
OHmmmmm...
que voy a ello.

Por cierto, quiero rebautizarme.
Se necesitan sugerencias.

Anónimo dijo...

¿Puedo sugerir? ¿Qué tal MariaAntoniaJuanitaDeLasAmapolas?

Bueno, también me gusta C. (ya sabes)

PS: No sé por qué razón no me reconoce el usuario de Blogger desde que he migrado todo a la nueva versión...

Chus dijo...

A propósito de C., encontré el otro día un blog titulado:
''El café de Chus'', que aunque ví poca cosa, me gustó bastante. Pero es tocayo. Por lo visto tengo nombre hermafrodita, jajaja.

Con los blogs pasa como cuando te acabas de comprar algo; siempre a la vuelta de la esquina encontrarás en un escaparate algo que te hará pensar:
!Vaya hombre!, ¿me habré equivocado en la primera elección?

PD: Te has lucido con la primera sugerencia, jaja. Pa pensárselo!

Ysa dijo...

Pues para que sumes más comentarios, te dejo el mio Chusita, jaja. Buen tema, al final nada es ni nuestro realmente pues termina en el infinito mundo de la red, quizás así sucede con todo. Espero ese texto... me encantará leerlo.
Abrazos guapa.

Anónimo dijo...

Se te ve bien firmando las entradas (sí, sí, ya sé que todos lo llaman Posts, pero....) como Chus.

¿Para cuando lo de MariaAntoniaJuanitaDeLasAmapolas?

Chus dijo...

Besiños, Ysabelita (jiji)
En un rato te dejaré el texto famoso, que mucho bla bla bla, pero ya va siendo hora me parece a mí.

(qué habrá querido decir salva con eso de que...se me ve bien,..uhh)
¿Para cuándo?
jeje, quién sabe ande!

Ysa dijo...

Te dejo mi agradecimiento también aquí, Chus, por tu lindo gesto y por haberme dejado un gran texto para la reflexión allá en el blog, y gracias al autor por haberte respondido.
Creo que tienes razón y resonamos con una empatía en este tema y otros, tu me entiendes, indudablemente me sentí sumergida en sus palabras (visité su blog, interesante). Un beso amiga.

Y otro abrazo apretado.