
Sumbilla.
Pequeño pueblo situado al norte de Navarra donde la arquitectura de las casas, la serenidad de las aguas del río Bidasoa, el intenso verdor de las montañas adyacentes y la tranquilidad de sus gentes, me aportaron uno de los momentos más inolvidables durante mis vacaciones estivales. Fue un auténtico remanso de paz, y si tuviera que pedir un deseo, por inalcanzable que este fuera, me permitiría el lujo de volver, y pretender que él estuviera allí, a mi lado, respirando hasta el último gramo de oxígeno puro, y enroscarme cual felina en su preciosa mirada de pájaro.

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